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TRÍPTICO (LITTELL, JONATHAN)
Francis Bacon es una de las figuras icónicas del arte del siglo xx, un artista que transformó la manera en que vemos y experimentamos el cuerpo humano. A la manera de los trípticos de Bacon, Jonathan Littell, apasionado de la obra del pintor, divide su libro en tres partes, a la vez independientes y complementarias. En la primera, describe el día que pasa en el museo del Prado mirando las telas de Bacon, no muy lejos de las de Velázquez y Goya. La segunda revela las correspondencias ocultas entre las figuras que Bacon pinta a lo largo de su carrera. Los retratos de su amante, George Dryer, pintados poco antes del suicidio de este en 1971, son el hilo conductor de esta reflexión. La tercera parte pone en perspectiva la pintura de Bacon y la de los iconos, con el fin de abordar la cuestión de la representación de la verdad en la pintura. El libro incluye un centenar de ilustraciones escogidas por Jonathan Littell.

TXETXÈNIA, ANY III (LITTELL, JONATHAN)
Jonathan Littell va ser cooperant a Txetxènia el 1996 i de 1999 a 2001, en plena guerra. El 2009 va tornar-hi com a cronista, amb l?interès de veure?n la recuperació. Però es va trobar amb l?avenç desenfrenat de la corrupció, la islamització ultrada i les tortures, desaparicions i assassinats sistemàtics de tots aquells que mostressin la més mínima oposició. El text de Littell es converteix en un document extraordinari de la situació que regna en aquella república oficialment pacificada, en el tercer any de poder de Ramzan Kadírov, l?home fort de Putin.

LES BENIGNES (LITTELL, JONATHAN)
«Germans de l?espècie humana, permeteu-me que us expliqui com va anar. No som germans teus, em replicareu, i no ho volem saber. I sí, és cert que es tracta d?una història ben fosca, però també edifi cant, un veritable conte moral, us ho asseguro. Potser resultarà una mica llarg, això sí; al capdavall van passar moltes coses, però si és que no aneu amb massa pressa, amb una mica de sort tindreu prou temps. I a més, us toca de prop: ja veureu com us toca de prop. No us penseu que us intento convèncer de res; al capdavall, les vostres opinions són cosa vostra. Si m?he decidit a escriure, després de tots aquests anys, ha estat per posar les coses a lloc de cara a mi mateix, no de cara a vosaltres. Durant molt de temps, ens arrosseguem per aquesta terra com una eruga, a l?espera de la papallona esplèndida i diàfana que portem en nosaltres».

UNA VIEJA HISTORIA (LITTELL, JONATHAN)
'Un narrador sale de una piscina, se cambia y empieza a correr por un pasadizo oscuro. Descubre puertas que se abren a territorios (una casa, una habitación de hotel, un estudio, un espacio más amplio, una ciudad o una zona salvaje), lugares donde se representan una y otra vez, hasta el infinito, las relaciones humanas más esenciales (la familia, la pareja, la soledad, el grupo, la guerra).' Así describe Jonathan Littell Una vieja historia, con la que regresa a la novela por primera vez desde el acontecimiento literario que supuso Las benévolas (premio Goncourt 2006, unos dos millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, traducciones a treinta lenguas). La novela se organiza en siete variaciones, donde la acción parece repetirse, la misma familia, la misma habitación de hotel, el mismo espacio para el sexo, para la violencia. Pero a medida que todo se repite todo vacila, se vuelve inestable, la incertidumbre se convierte en principio. La identidad misma del narrador se transforma, hombre, mujer, hermafrodita, adulto, niño. De esta manera Littell construye una ficción obsesiva, asfixiante, brillante sobre los bajos fondos del alma, en la que una vez más parece querer tratar al mal de tú a tú. Jonathan Littell ha escrito otra novela magistral. Como en Las benévolas, tampoco aquí el lector sale indemne de su lectura.

LAS BENÉVOLAS (LITTELL, JONATHAN)

Mucho se ha escrito sobre el nazismo pero pocas han sido las novelas que han osado penetrar en la consciencia de un nazi. En Las benévolas, Jonathan Littell nos ofrece el punto de vista del verdugo, el oficial de las SS Maximilien Aue, quien décadas después del fin de la Segunda Guerra Mundial narra en primera persona su participación en la guerra y en las masacres en el frente del este, cuando tenía entre veinticinco y treinta años. Nazi convencido, sin remordimientos ni reproches morales, Aue asume su compromiso con la maquinaria criminal de Hitler, como miembro de los Einsatzgruppen, y por tanto como responsable de crímenes contra la humanidad, en Ucrania, en Crimea y en el Cáucaso. Narra su intervención en la batalla de Stalingrado hasta que es enviado a Berlín donde trabaja en el Ministerio del Interior bajo las órdenes de Himmler, y colabora en la puesta en marcha y ejecución de la 'Solución Final'. Pero Las benévolas no es sólo una de las grandes novelas sobre el nazismo y la banalidad del mal. Es a la vez una indagación sobre el lado oscuro de las relaciones familiares y de las obsesiones sexuales. Max Aue vive asaltado por el fantasma del incesto con su hermana y por su homosexualidad, razón de su entrada en las SS, y por el odio a la madre. De este modo, Historia y vida privada parecen entrelazarse en la fatalidad, al modo de la tragedia clásica. No en vano, el título de Las benévolas alude a La Orestiada de Esquilo. Electra de Sófocles y Vida y destino de Vasili Grossman son otros clásicos con los que la novela de Jonathan Littell dialoga. Las benévolas fue galardonada con el Premio Goncourt y el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa. Y sus lectores se cuentan por millones en todo el mundo.