Luego de perder a su padre a los seis años, James Agee se mudó con su madre a Knoxville, Tennesse, donde se matriculó en un internado episcopaliano. Allí trabó amistad con uno de sus maestros, el pastor James Harold Flye, con quien mantendría una larga e íntima relación epistolar desde los quince años hasta el día en que lo sorprendió una muerte prematura. Las cartas aquí reunidas ofrecen un magnifico retrato de este gran escritor estadounidense, de su riquísima vida interior y de su tumultuosa trayectoria vital. Son un manual de instrucciones y sacrificios para escritores noveles, son una crónica social y política de treinta años convulsos de la historia de los Estados Unidos, son un notable documento de crítica literaria y cinematográfica, una recopilación de sueños y ambiciones.
Durante la madrugada de un Viernes Santo, Richard, un niño de doce años, se halla en vela en la penumbra de la capilla de su internado. En la atmósfera pesada del recogimiento fluyen por su cabeza las impresiones que tiene de sus compañeros y sus vivencias. Las cuales se entremezclan con sus meditaciones e interrogantes sobre cuestiones que considera trascendentales en su adolescente existencia, como la culpa, el pecado, el arrepentimiento, la relación con Dios, los entresijos de la conciencia, la confesión, lo sagrado, los actos impuros..., el peso de la vida y, sobre todo, el de la muerte. Vigilia es una novela que al igual que Una muerte en la familia, también publicada en Alianza Literaria, tiene una enorme carga autobiográfica. El internado es similar al que acogió al propio James Agee tras la muerte de su padre. Una pérdida que siempre le mortificó, como a los niños protagonistas de sus novelas, que también tienen en común con el autor la profunda educación cristiana recibida. Vigilia es una novela de iniciación, en la línea joyceana de su admirada Retrato del artista adolescente. Con un lenguaje descriptivo de una inusual belleza, cargado de símbolos oníricos, James Agee a través de sus obsesiones vitales nos brinda una obra de madurez.
Durante los meses de julio y agosto de 1936, por encargo de la revista Fortune, James Agee y Walker Evans convivieron con tres familias de campesinos algodoneros del condado de Hale en Alabama. El resultado de esa perturbadora experiencia es Elogiemos ahora a hombres famosos, uno de los libros más originales e influyentes del siglo XX, un canto a la dignidad humana. El tono descarnado que desprendían las fotos de Evans y la prosa directa, sin concesiones, de Agee, sentaron las bases del periodismo que caracterizó los años sesenta del siglo pasado, una combinación perfecta de investigación, experiencia, filosofía e incluso poesía.
En 1941, James Agee y Walker Evans publicaron Ahora elogiemos a hombres famosos, un documento de 400 páginas sobre tres familias de agricultores arrendatarios en el condado de Hale, Alabama, en plena Gran Depresión. El orígen de ese maravilloso trabajo es un encargo previo para la revista Fortune, que los envió juntos a Alabama en el verano de 1936 para informar de una historia que nunca fue publicada. Algunos han asumido que los editores de Fortune archivaron la historia por el estilo poco convencional que marcó «hombres famosos», y durante años, el original estuvo presuntamente perdido. Cincuenta años después de la muerte de Agee, se descubrió entre sus manuscritos una copia a máquina, con la etiqueta «Algodoneros». Las páginas revelan un informe magistral de 30.000 palabras, que hizo añicos las convenciones periodísticas y literarias. Los críticos lo consideraron el «esfuerzo moral más realista y más importante de nuestra generación». Publicado por primera vez en castellano, y acompañado de fotografías históricas de Walker Evans, es un informe elocuente de tres familias que luchan en tiempos desesperados. De hecho el libelo de Agee sigue siendo pertinente, como una de las exploraciones más honestas que se hayan intentado sobre la pobreza en los Estados Unidos y como un documento periodístico fundacional.
A rai?z de un encargo de la revistaFortune, James Agee y Walker Evans convivie- ron durante los meses de julio y agosto de 1936 con tres familias de aparceros del sur de Estados Unidos para realizar un reportaje periodi?stico sobre las condi- ciones de vida de los arrendatarios de algodo?n. Ese estudio resulto? un verdadero documento sociolo?gico, pero que, tanto por su descripcio?n austera como por sus fotografi?as, fue rechazado por la revista. Asi?, James Agee decidio? convertir el re- sultado de esta perturbadora experiencia en uno de los libros que acabo? siendo de los ma?s originales y a la vez in uyentes del sigloxx. Una extraordinaria visio?n, intensa y u?nica, que da voz a los olvidados y excluidos; una obra universal que hoy ma?s que nunca parece importante recuperar.
Jay Follet muere en accidente de tráfico cuando regresa a casa después de atender una emergencia familiar. Su ausencia marca las vidas de su esposa, Mary, y de sus dos hijos de corta edad, Rufus y la pequeña Catherine. A través de sus recuerdos, junto a los de otros miembros de la familia, se reconstruye todo el universo que los unía y el vacío que produce su falta. Obra póstuma que recibió los honores del Premio Pulitzer en 1958, " Una muerte en la familia " es una emocionante novela en la que, a través del retrato de una familia norteamericana en el corazón de los agitados Estados Unidos de 1915, James Agee (1909-1955) plasma con asombroso vigor el dolor y el desconcierto que genera la pérdida, la ausencia de un ser querido.