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NOVENTA Y DOS DÍAS (EVELYN WAUGH)
Dos años después de su aventura periodística africana en la que cubrió para el periódico The Times los acontecimientos de la ceremonia de coronación del Emperador de Etiopía, Haile Selassie, (Gente Remota, Ediciones del Viento, 2003) Evelyn Waugh emprende un nuevo viaje. El destino será ahora la Guayana Británica, en el continente americano, situada al norte de Brasil y compartiendo con éste territorios de la Amazonia. Con la irónica y brillante pluma a la que nos tiene acostumbrados, el autor va describiendo el recorrido por tierras extrañas, a pie y a caballo, atravesando ríos, cruzando sabanas y selvas, subiendo y bajando colinas y montañas, visitando misioneros y negociando provisiones con indios y mestizos, durante noventa y dos días. Los días que dura este viaje.

LA PRUEBA DE FUEGO DE GILBERT PINFOLD (EVELYN WAUGH)
La prueba de fuego de Gilbert Pinfold (una de las pocas novelas de Evelyn Waugh que quedaban por traducir al castellano) parte de una experiencia personal que los diferentes apéndices incluidos en esta edición documentan con creces (y que vale la pena leer con detenimiento), lo cual sitúa la novela en el resbaladizo y muy actual terreno llamado «autofi cción» o, mejor dicho, «literatura autobiografi cticia». Waugh vivía a 140 kilómetros de Londres, en el campo, donde se negaba a conducir, algo tal vez procedente, pues< también empinaba el codo más de lo estrictamente recomendable. Sufría de artritis, reumatismo, insomnio y depresión. Apenas veía a sus antiguos amigos y, también como Pinfold, detestaba «los plásticos, a Picasso, los baños de sol y el jazz, es decir, todo cuanto había sido un acontecimiento a lo largo de su vida». Con motivo de su muerte en 1966, la revista Time le dedicó una necrológica que cubría esta etapa de su vida con una expresión que demasiado bien lo resume todo: “Poco a poco, Waugh se retiró del siglo XX”.

UNA EDUCACIÓN INCOMPLETA . AUTOBIOGRAFÍA PARCIAL (EVELYN WAUGH)

«Sólo cuando se ha perdido toda curiosidad hacia el futuro se ha alcanzado la edad de escribir una autobiografía», nos dice su autor al comienzo de este libro. Una educación incompleta es el primer y único volumen de la autobiografía de Evelyn Waugh, quien moriría dos años después de publicarlo sin haber podido escribir su proyectada continuación. Waugh comienza su relato por la historia de sus antepasados, hombres y mujeres de carácter, que contribuyeron sin saberlo a su genio. Tuvo una infancia familiar convencional, «cálida, brillante y serena», aunque los años escolares que le sucedieron y que pasaría en Hampstead y Lancing, los recuerda con cierto dolor. Su vida como estudiante en Oxford, que tan bien recrearía en Retorno a Brideshead, «fue en esencia un catálogo de amistades». La evocación de aquella placentera y animada época es un sofisticado retrato de la generación de Harold Acton, Cyril Connolly y Anthony Powell; un mundo exclusivo que rememora con elegante ingenio y precisión. Una educación incompleta termina con sus experiencias como maestro en una escuela preparatoria en el Norte de Gales que le inspiraron su primera novela, Decadencia y caída.