Enrique Gómez Carrillo (1873-1927), creó su identidad instalado en un café parisino o escribiendo sus crónicas errando por el globo, desde Egipto a Japón, desde Madrid a Rusia. Maestro de la prosa modernista, es una figura inexcusable dentro del panorama del fin de siglo hispánico. El Japón heroico y galante es su libro de viajes más conocido y en él vierte sus primores de estilo, sus sensaciones ante un país que emerge en el mundo contemporáneo con sus paradojas entre la tradición y la modernidad, pero, más allá de sus impresiones subjetivas, esta obra es también un documento fundamental sobre las expectativas, ansiedades y modelos de representación del sujeto exótico por parte de la cultura occidental de principios de siglo. Todo ello con rigor informativo, por medio del conocimiento directo de la realidad y de una documentación ejemplar, como evidencia la gran cantidad de fuentes que manejó el escritor guatemalteco.
Publicado por primera vez en 1915, este libro recopila una serie de artículos que el escritor de origen guatemalteco Gómez Carrillo fue alumbrando en el diario El Liberal y donde se muestra como un hábil reportero de guerra, acercándose a la primera línea de fuego para contarnos los horrores de una guerra que el propio autor considera la primera guerra de masas y armamentos que aniquilan grandes poblaciones en muy poco tiempo. De la Gran Guerra nos dice que ya no saldrán héroes ni nombres destacados, sino un conjunto de batallas cruentas y maniobras estratégicas dirigidas desde un despacho, a cientos o miles de kilómetros de la zona en conflicto. En un lapso de pocos meses veremos cómo evolucionan los diferentes bandos y nos toparemos con la más cruda realidad de esta barbarie que marcó el inicio del siglo XX.
EL libro de Gómez Carrillo ofrece un itinerario válido a posibles viajeros lectores más o menos fetichistas que aún busquen esa Grecia luminosa degustada en decenas de poetas europeos -Goethe, Keats, Hölderlin, Byron, Leopardi, Yourcenar- y que viajen o lean sin poder o sin querer desprenderse de sus amados prejuicios prohelénicos. Gómez Carrillo hablará hoy a aquellos que se saben fatalmente atraídos por la vieja Grecia y quieran reenamorarse de la nueva -de su nueva edad-, a sabiendas de que es más vieja, más estridente, menos vigorosa, menos juvenil. AURORA LUQUE. ENRIQUE GÓMEZ CARRILLO (Ciudad de Guatemala, 1873-París, 1927) fue junto con Rubén Darío uno de los primeros renovadores de la literatura hispánica a finales del siglo XIX. Tuvo una vida errabunda y pintoresca de escritor, diplomático y periodista. Las más de tres mil crónicas que publicó, y que le convirtieron en el más conocido y mejor pagado de los periodistas de su tiempo, siguen teniendo interés, aunque no encontrarán fácilmente lectores. Sus relatos, en especial los históricos, un poco a la manera de Flaubert y un tanto decadentistas, como los reunidos en Flores de penitencia también merecerían, sin duda, una revisión, pero de entre sus más de ochenta libros publicados, son los de viajes lo que constituyen su aportación literaria de más entidad y vigencia. Además de este libro publicado originalmente en 1908, Gómez Carrillo acertó a darnos noticia curiosa de Rusia (La Rusia actual, 1906), Turquía (Notas de Oriente, 1912), la actual Palestina (Jerusalén y Tierra Santa, 1912) o Egipto (La sonrisa de la esfinge, 1913). Y en esta misma colección se ha publicado otro de sus más importantes libros de viajes El Japón heroico y galante (1912).
En noviembre de 1914, Enrique Gómez Carrillo recibió una invitación del Gobierno francés para visitar los campos de batalla y contar la verdad de la guerra. Escritor modernista en la cumbre de su fama, académico de la RAE y diplomático, Gómez Carrillo de
En 1917 la cupletista española Raquel Meller conoció al periodista y diplomático guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, con quien se casaría dos años después. El matrimonio sólo duró hasta 1922 y, durante ese período, Gómez Carrillo logró que parte de la intelectualidad española rindiera homenaje a la artista que mejor interpretó La violetera en un libro que se ha convertido en una joya bibliográfica. Aquí están las opiniones sobre la Meller de Jacinto Benavente, Manuel Machado, los hermanos Álvarez Quintero, Mariano Benlliure, María Guerrero, Apeles Mestres, Ángel Guimerá Y todo ilustrado por el pintor Carlos Vázquez, discípulo de Sorolla y Ramón Casas.
Mata Hari significa en javanés 'pájaro de la mañana', nombre ideal para una legendaria bailarina destinada a convertirse en una de las espías más famosas de la historia. Esta reina de la seducción encarnó la cara fascinante de la Gran Guerra, un confl