Los avatares de un novelista que enferma de literatura y su hijo imaginario conforman una de las obras cumbre de Vila-Matas. Como Zeno, como Portnoy, el protagonista de esta novela está enfermo. Podría ser un crítico literario que sólo puede pensar en términos librescos, que desea convertirse en «la memoria andante de la literatura». El mal de Montano, una de las novelas más aclamadas de Enrique Vila-Matas, es un tapiz que se dispara en muchas direcciones y bajo formas variadas: relaciones paterno-filiales, diccionarios de influencias, tráfico de teorías, diarios estupefactos y aquelarres literarios. De punta a punta del libro, de Praga a Valparaíso, pugnan los creadores verdaderos contra sus enemigos, hasta centrarse en la guerra atlántica que Montaigne y Cervantes -podría decirse- han declarado a «los topos que trabajan noche y día incansables contra lo literario» en el interior del volcán de Pico. La crítica ha dicho...«Portentosa lucidez, distancia irónica y envidiable sentido del humor.»J.M. Pozuelo Yvancos, ABC «El mal de Montano es una osada, provocativa, extraordinaria novela.»J.A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia «Un panegírico inteligente y feliz que proclama no la defunción sino la supervivencia de la literatura.»Alberto Manguel, The Spectator
Entre el diario íntimo y la novela, el viaje sentimental, la autoficción y el ensayo, este libro nos propone el triunfo de la literatura. Un narrador, que firma sus libros como Rosario Girondo, escribe un diario personal y lleva tan lejos su mal de Montano, está tan enfermo de literatura, que la ficción inicial (la creación de un personaje obsesionado por el porvenir de la literatura y dedicado a descifrar el arte de los diarios personales de sus escritores favoritos) acaba transformándose en una realidad cuando el autor se convierte en carne y hueso en la literatura misma, y entra a formar parte de una sociedad secreta de conjurados contra los enemigos de lo literario.