En Un caso de violación Chester Himes construye una novela con apariencia de sumario judicial, un relato con visos de documento en el que los hechos se combinan con la ficción en un ajustado equilibrio imposible de desentrañar. El proceso entablado a cuatro ciudadanos negros norteamericanos acusados de asesinar a una mujer blanca en el París de la década de los sesenta es diseccionado por Himes con la mano firme que caracteriza su obra de madurez. A medida que se desvelan las verdades oscurecidas por el ocultamiento de hechos y el testimonio de los testigos, cuando las raíces y apoyos con que cuenta la monstruosa red de tabús raciales y sexuales que plagan el mundo salen a la luz, el libro de Himes se abre a diferentes perspectivas de lectura que no hacen sino enriquecer este típico relato de misterio.
Nueva York se encuentra en plena canícula, y Harlem está rozando el punto de ebullición. Coffin Ed Johnson y Grave Digger Jones (Ataúd Johnson y Sepulturero Jones) tienen la impresión de que todo el mundo se ha vuelto loco pero, como siempre, intentan mantener un poco de paz en el vecindario. No sin ayuda de sus legendarias y niqueladas Colts. Y eso significa ponerse a investigar dos casos totalmente distintos en medio de un laberinto de cuchilladas, palizas y disturbios callejeros que amenazan con traer el final del mundo a Harlem.