1939, Europa es azotada por siniestros vientos de guerra. Mientras las divisiones acorazadas alemanas galopan por las llanuras polacas y se preparan para la invasión de Francia, Carlo Levi, desde la playa de La Baule, donde decide refugiarse huyendo del régimen de Mussolini, trata de fijar su mirada de intelectual antifascista sobre una crisis ya próxima al apocalipsis. Lo que ve es la aterradora, fulgurante imagen de una civilización abocada a la autodestrucción, engullida por las tinieblas de sus propias contradicciones irreconciliables y nefastas. Con un estilo lírico, en ocasiones oracular, y una extraordinaria lucidez crítica, Levi analiza la religión (que transforma lo sagrado en sacrificio), el Estado (ídolo social por excelencia, del que la política occidental no logra liberarse), la guerra, la sangre, la masa, el amor y el arte como universales humanos de los que manaron esas contradicciones de la Europa prebélica, que todavía siguen en gran parte irresueltas. Miedo a la libertad es un poema filosófico que tiene así la extraordinaria capacidad de revelar el rostro idolátrico de las instituciones y de indagar el caos y el misterio que siguen habitando entre nosotros. La persistencia de la mentalidad primitiva, de lo sacrificial, con toda su cohorte de tabúes, límites y ritos absurdos -y sin embargo refractarios a la luz de la racionalidad- configura la terrible pesadilla contra la cual todos los hombres, en todos los tiempos, han de combatir en defensa de la libertad y de la verdad. Con un estilo lírico, en ocasiones oracular, y una extraordinaria lucidez crítica, Levi analiza la religión (que transforma lo sagrado en sacrificio), el Estado (ídolo social por excelencia, del que la política occidental no logra liberarse), la guerra, la sangre, la masa, el amor y el arte como universales humanos de los que manaron esas contradicciones de la Europa prebélica, que todavía siguen en gran parte irresueltas. Miedo a la libertad es un poema filosófico que tiene así la extraordinaria capacidad de revelar el rostro idolátrico de las instituciones, de indagar el caos y el misterio que siguen habitando entre nosotros. La persistencia de la mentalidad primitiva, de lo sacrificial, con toda su cohorte de tabúes, límites y ritos absurdos -y sin embargo refractarios a la luz de la racionalidad y de la tecnocracia modernas- configura la terrible pesadilla contra la cual todos los hombres, en todos los tiempos, han de combatir, en defensa de la libertad y de la verdad.
Pastora Moreno Espinosa es Doctora en Ciencias de la Información y Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla. Es profesora titular de Redacción Periodística del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Periodismo y Litera
En el siglo XVII, Hobbes escogió la imagen del Leviatán, un bíblico dragón marino, para representar a los Estados absolutistas. Hoy, tras el paréntesis del capitalismo organizado, convivimos con un nuevo monstruo, el neoliberalismo, escondido bajo el disfraz del mercado omnipotente y el mito del consumismo. Como un nuevo sentido común, se alimentó de la falta de credibilidad de las alternativas. Un Estado al servicio del beneficio privado fue su celador. Bajo ropajes democráticos, regresó la violencia y la exclusión de otras épocas. Pero el Estado sólo es un reflejo de los conflictos sociales. Una sociedad diferente termina expresándose en un Estado diferente. La América Latina en transformación es un ejemplo de avance. La Europa estancada, su elocuente negativo. Si el neoliberalismo utilizó la palanca del Estado para hacer jirones sus ropajes sociales, se trata ahora de recuperar el control estatal para que el pueblo, consciente y empoderado, se haga con las riendas de su camino político, sin olvidar que debajo de los disfraces del Leviatán siempre está, en cualquier caso, la realidad del poder.
Si aplicásemos a la «mundialización» una sociología de las ausencias, nos encontraríamos de inmediato con dos preguntas: ¿cuál es el poder explicativo de este concepto que, supuestamente, ha hecho innecesario todo el arsenal intelectual que explicó el capitalismo en el último siglo?, ¿o quizá estamos ante una carga de profundidad ideológica que pretende negar la explicación del pasado para poder explicar el presente como una realidad natural y, por tanto, ajena a toda crítica? De hecho, explicar la mundialización es un requisito para encontrar respuestas a preguntas actuales: ¿hay relación entre la doctrina del ataque preventivo, que llevó a la agresión contra Irak en 2003, y la crisis del capitalismo en los años setenta? ¿Pueden establecerse relaciones entre la incapacidad del gobierno norteamericano para generalizar la seguridad social y su capacidad para poner en marcha guerras costosas? ¿Fue el 11 de septiembre un punto de inflexión o más bien se trató del comienzo de la radicalización de un modelo de expansión del capitalismo iniciado décadas anteriores? ¿Puede acaso la Unión Europea ser un freno a la hegemonía norteamericana en el modelo de globalización? La política en el siglo XXI hunde sus raíces profundamente en el proceso de mundialización. De ahí que dos políticas resuman el pulso actual: de un lado, la guerra global permanente; de otro, la reclamación de una democracia avanzada para todo el planeta. En otras palabras, estamos ante un pulso entre dos trincheras: por un lado, la mundialización neoliberal, la doctrina del ataque preventivo, la negación de un orden internacional basado en Naciones Unidas, el reforzamiento de los aspectos autoritarios del Estado nacional y la lucha contra el terrorismo global. Por otro, fuerzas políticas y movimientos sociales alzados en todo el planeta en contra del modelo vigente de mundialización, que apuestan por formas participativas de democracia y que niegan el recurso a la guerra como forma legal o legítima de resolución de conflictos. «Cansancio del Leviatán» refleja un cansancio producido por embates tecnológicos, por desbordamientos reales, por el surgimiento de nuevos actores, por voluntades políticas y también por presiones ideológicas que quieren hacer de este modelo de mundialización una propuesta de orden político global caracterizado por la exclusión, la desigualdad, la agresión medioambiental y la negación de la diferencia.