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EN EL DIQUE SECO (BURROUGHS, AUGUSTEN)
Augusten, el chico de Recortes de mi vida, al que su ma­dre abandonó en cuerpo y psique en manos del doctor Finch y de su excéntrica familia extensa, ha sobrevivido a su esperpéntica adolescencia. Ahora tiene veinticuatro años, vive en Nueva York, es un brillante redactor publi­citario y, al parecer, un veinteañero como muchos. Sólo que en el tiempo en que sus amigos se toman dos whis­kies, él se bebe doce. Es uno de esos alcohólicos que be­ben un litro de whisky por la noche pero al día siguiente consiguen funcionar. Hasta que la bebida comienza a notarse en su trabajo, y la directora de arte no le perdo­na que una noche llamara a un cliente y le propusiera hacer sexo por teléfono. La empresa decide pagarle la clí­nica de rehabilitación que él elija. Y Augusten opta por la más cutre de las clínicas cutres para alcohólicos gays. «Burroughs puede escribir sobre el amor sin ser almiba­rado, cuenta su vida como alcohólico sin aburrirnos ja­más, y escribe sobre su demencial familia sin compade­cerse a sí mismo» (Deirdre Donahue, USA Today).

RECORTES DE MI VIDA (BURROUGHS, AUGUSTEN)
Hijo de una aspirante a poeta inmersa en sí misma y de un profesor universitario distante, Augusten Burroughs ve cómo su mundo estalla a los doce años. Sus padres se separan porque la madre se enamora de otra mujer, y él acabará viviendo en la casa del doctor Finch, el psiquiatra de la señora Burroughs. Finch, psiquiatra, antipsiquiatra y psicoanalista delirante, un farsante y un seductor, vive con una familia extensa: su mujer legal, Agnes; sus mujeres no legales, sus hijas, y un hijo adoptivo de treinta y tres años, un pedófilo que antes fue su paciente. En esta microsociedad sin leyes ni tabúes, Augusten crecerá, descubrirá el amor y el sexo y unas cuantas cosas más, y se deslizará hacia la adultez. Recortes de mi vida es una autobiografía que se lee como un esperpéntico y divertidísimo El guardián entre el centeno en versión gay, con un protagonista que mantiene una saludable ecuanimidad.