Ricardo está obsesionado con Shakespeare, su obra y sus protagonistas. Vive en su propio mundo y se comunica con los demás a través de títeres. Ricardo se siente solo e incomprendido, por eso contrata a una prostituta para que haga de público cuando representa con sus marionetas obras de Shakespeare en el sótano de la mansión. Pero Ricardo no es el único soñador: también lo es el exitoso escritor que sueña con limones y su mujer, que vive siempre a la sombra de su marido. Y también está por allí Frank Rinlo, especialista de spaghetti westerns que aparece para casarse con la mujer que lo había esperado toda una vida: la asistenta de la familia.