La relación entre Turquía y la Unión Europea despierta interés y animosidad en partes iguales, tanto por la riqueza de sus matices como por la complejidad de la eventual adhesión. Tras una aproximación al tema de la entrada de Turquía en la Unión Europea, mencionaremos las posiciones a favor y en contra de los Estados miembros. No se trata, en este trabajo, de decidir si Turquía tiene que ser miembro o no de la Unión Europea, sino más bien de analizar dos importantes desafíos europeos y de estudiar el papel que en ellos puede jugar Turquía: el demográfico y el socio-cultural. Naturalmente se trata de una de las adhesiones más complicadas y, a corto plazo, la situación no es favorable para el país candidato. Ambos actores se encuentran en una fase de transición y de búsqueda de estabilidad: la Unión Europea se enfrenta a la ratificación del Tratado de Lisboa, mientras que la política interna turca afronta problemas como la conspiración Ergenekon. Se trata, en definitiva, de presentar un tema controvertido, desde otra perspectiva: un enfoque que a priori considera que de todos modos la Unión Europea tendrá que enfrentarse a estos desafíos, y que aunque la entrada de Turquía pueda crear una situación conflictiva quizá pueda también ser fuente de soluciones.