Pocos aromas hay tan tentadores como el que, allá entrado el otoño, se desprende de los asadores de castañas. Sin embargo, cuando tomamos las castañas asadas, ignoramos muchas cosas acerca de este delicioso fruto. No obstante, haciendo un pequeño esfuerzo, se pueden diferenciar un sinnúmero de variedades fijándose solamente en sus caracteres morfológicos: si son grandes o pequeñas, panzudas o lisas, si pelan bien o no, si están muy tabicadas o poco tabicadas, y en algunos casos si saben más o menos dulces. Sin embargo todas estas características no las podemos asociar con un nombre. Y esto es lo que tratan de aclarar los autores de esta obra. No es lo mismo un marron de una pieza que una castaña más o menos tabicada; ni son los mismos los productos que se pueden obtener, desde el goloso marron glacé hasta la castaña asada, la harina de castañas o la que se usa para alimentación animal en fresco. Este trabajo tiene para los autores una doble finalidad: por una parte la identificación varietal de las castañas asturianas, plenamente lograda; por otra sentar las bases para futuros programas de mejora con el fin de obtener un mayor rendimiento económico de este árbol que tanto supuso en la economía asturiana.