Felipe I fue un rey fugaz, aunque él fue también quien introdujo en nuestra historia la dinastía austríaca que rigió nuestro destino durante dos siglos. Felipe de Castilla, apodado en su época el Hermoso por sus cualidades físicas, es un monarca prácticamente desconocido, hasta el punto de que llega a desconocerse cómo y por qué legítimos derechos debía ocupar junto a su esposa, Juana de Castilla, una corona y reinar, tal como ya hacía en sus Estados de Borgoña. Su venida a España estuvo acompañada de sobresaltos, por cuanto significó un cambio político y cierto choque de mentalidades.