El 17 de julio de 1998 se aprueba por la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas reunida en Roma el Estatuto de la que a partir de ese momento será conocida como la Corte Penal Internacional (CPI.). Con este acto la Comunidad Internacional se dota del instrumento imprescindible para la implantación de un Tribunal permanente con jurisdicción en materia penal que conocerá de las graves violaciones de los derechos humanos, reforzando supranacionalmente las garantías que los ordenamientos nacionales les otorgan. Esta obra estudia la composición y funcionamiento de la Corte Penal Internacional.