Un colorido libro escrito en mayúsculas para aprender las letras y realizar las primeras lecturas ellos solitos. Todos sabemos que las letras existen para que los niños aprendan a hacer enmarañadas caligrafías en la escuela. Si acaso para, una vez trazadas con esfuerzo sobre el papel, juntarse y formar palabras como gallina, huevos o tortilla. Sin embargo en raras ocasiones, cuando las circunstancias son favorables, es posible sentarnos tranquilamente, hacernos los distraídos y dejar que las letras cuenten sus más sorprendentes historias, como la de la fantasmal F, la lunática L o la súper S, además de la prehistóricamente jurásica D.