Este libro se escribió para acompañar a mi hermana Candelaria cuando ella aún soñaba con volver a la huerta de su vida. Fueron cuentos que me salieron de la memoria y del alma. Y son un homenaje a la vida que él la quiso tanto y que tan pronto le fue arrebatada. Tamara de Laval la llamo Pulsera cuando las dos eran niñas. Tamara ahora es una gran artista. Candelaria lo fue también. Su obra, su inspiración, fue su huerta.