Desde el inicio del siglo XXI en que la migración y las remesas familiares adquieren grandes dimensiones en América Latina y el Caribe surge un importante debate sobre el impacto que las remesas tienen sobre el nivel de vida de las familias receptoras y sobre la actividad económica a nivel local y regional. Sin embargo, dicho debate ha tenido una omisión significativa: la capacidad y la voluntad de esas economías para absorber de manera efectiva las remesas dentro de su base productiva. Esta investigación realizada en cinco ciudades de Ecuador, México, Jamaica, El Salvador y Guatemala, pretende ayudar a superar la limitación antes indicada, estudiando la capacidad de esos lugares para absorber el ahorro externo adecuadamente dentro de su estructura productiva.