La aparición de un cocodrilo bajo su cama convierte la apacible vida de un oficinista solitario en un continuo sobresalto. El pobre hombre tiene una rara enfermedad: cocodrilitis aguda, y ha sido diagnosticada por un auténtico médico. El tono absurdo de las situaciones aumenta a lo largo de este relato, que se resuelve con un final tierno.