No resulta fácil, y menos para alguien de tierra adentro, embarcarse en un viaje alrededor de vuestros torrentes sanguíneos, en busca del cobijo de vuestro corazón. Intentar comunicar nuestros mundos interiores, buscar la palabra exacta que abra la compuerta de vuestras emociones y conseguir anegar los eriales en que a veces, demasiadas veces, se encharcan nuestras propias vidas”. “En el fondo abisal de esta páginas podrás encontrar reflexiones, sentimientos, actitudes vitales y vitalistas, poemas, sueños y hasta un relato que, como un Guadiana interior, aparece y desaparece, complementa la lectura transversalmente, nace y muere a lo largo y ancho del cuaderno de Bitácora que es este Diario de un náufrago de tierra adentro…”