El libro recoge los materiales encontrados en las campañas de excavación de 1991 y 1992. Especialmente interesante es la confirmación arqueológica de que el Monte Testacció estuvo constituido en la antigüedad al menos por dos plataformas. Las excavaciones de 1991 y 1992 han permitido constatar la existencia de un muro de ánforas realizado a mediados del s. II d. C..Por lo que respecta a los materiales epigráficos, se confirma la hipótesis ya realizada en otros trabajos anteriores sobre la existencia de una codex unitario en las inscripciones cursivas de Astigi del primer cuarto del s. III d. C..También encontramos un estudio arqueométrico sobre las ánforas Dressel 20 de la Catria, en Andalucía, otros relativos a la legislación adrianea sobre el aceite en la tarda antigüedad.