Dos objetivos centrales se plantean aquí: mostrar cómo las políticas y estrategias de producción de alimentos seguidas hasta ahora en México se han basado en un modelo tecnológicamente ineficiente, y sugerir una nueva estrategia productiva dirigida a fomentar la diversidad alimentaria, a partir del análisis minucioso de los ecosistemas del país y de los conocimientos de sus culturas rurales. El estudio destaca la necesidad de realizar un cambio radical en la estrategia productiva alimentaria.