El pintor Francis Bacon y el crítico de arte David Sylvester mantuvieron un continuado diálogo durante doce años, entre 1962 y 1974, apoyado en una amplia serie de entrevistas, a partir de cuyo material construyó este formidable libro. Así presenta esta obra de referencia esencial para la comprensión del complejo mundo de Bacon, pero también para toda una importante línea del arte británico einternacional que se escapaba de los márgenes acotados de la vanguardia oficial de las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En este sentido, y según palabras de J. F. Yvars, autor del prólogo que la acompaña, tal vez la más acerada contribución de David Sylvester en el territorio del arte durante los últimos veinte años se defina a través de sus conversaciones con Francis Bacon, al que consideró el mayor artista contemporáneo. A partir de una primera impresión descorazonadora, el crítico vio en Bacon a un hábil efectista, un caricaturizador monstruoso... para descubrir enseguida las grandes aportaciones del artista a la configuración de un arte para nuestro tiempo. La estética de Bacon le fascina: su personal absorción de las formas dinámicas, la gravedad del color, el movimiento de planos y círculos con independencia del tema. Pinturas y pinturas que derivan de su fuerza la magia del efecto final.