Increíble, pero cierto. Ningún experimento explícitamente diseñado para tal propósito ha demostrado jamás que la Tierra se mueve. En otras palabras, lo que usted ve en el cielo, es pura realidad, así es. El modelo geocéntrico de Tycho Brahe (ligeramente modificado) resulta cierto. Galileo erró ciertamente. Esta verdad, tan evidente y tan incómoda para determinados sectores no científicos sino cientificistas, tiene serias y directas consecuencias para la filosofía, ciencia moderna, y particularmente para la exégesis bíblica. Una lectura apasionada que le mantendrá en vilo hasta el final, un descubrimiento de lo que ya sabe, aunque no se lo pueda creer. Tal vez ahora le resulte algo más fácil o al menos sorprendentemente fresco: todo el universo fue hecho para usted, por amor.