Los corazones de fondant nos reconocemos entre nosotros. Somos sensibles y emocionales. Lloramos con facilidad y hablamos rápido. Comemos helado a cucharadas. Nos montamos películas. Nos gusta la Nocilla, el vino blanco, Bridget, Carrie y Meredith, y los programas de reformas o vestidos de novia. Escuchamos música francesa aunque no la entendamos. Dormimos poco porque no nos hace falta permanecer con los ojos cerrados para soñar. Llegamos tarde a casi todo menos a nuestras ilusiones. Y debemos llevar mucho cuidado si nos enamoramos, porque sentimos tan fuerte que podemos rompernos. Marta es uno de ellos, perdón, quería decir que es uno de nosotros. Si aún no la conoces, te diré que es bajita, morena y rara. Mira a través de las ventanas como si buscara un tesoro y odia los guisantes y los deportes en el telediario. Y aunque le dijeron que era mejor que no lo hiciera, al final, como siempre pasa cuando alguien te rompe los esquemas... se enamoró.