El incremento paulatino de la proporción de personas mayores de 65 años de edad en nuestro país ha provocado grandes cambios en la forma de entender y organizar los servicios sanitarios. Así, hasta muy recientemente, la evaluación de las necesidades de provisión de servicios sanitarios se realizaba a partir del análisis de las principales causas de muerte y de las enfermedades que con más frecuencia se presentaban en este grupo poblacional.La presente obra presenta los resultados de un estudio que, financiado por la fundación Caja de Madrid, fue llevado a cabo con el objetivo de elaborar y validar un instrumento que permita evaluar la calidad de vida de los ancianos no institucionalizados. Pensamos que puede tener interés tanto por el tema que aborda y los resultados que presenta, como por significar un ejemplo de cómo se ha de elaborar el informe final de la investigación.