Treinta y siete teólogos dominicos -hermanas y hermanos- comparten su experiencia de "hacer teología", en su esfuerzo por penetrar el misterio de Dios, y nos la ofrecen en este libro. Estas cartas abiertas muestran cuánto se ha perdido por no contar con un número mayor de varones y mujeres dedicados/as a la teología. Y, a la vez, son una muestra elocuente de cuánto han ido cambiando las cosas en la Orden y -esperemos- en la Iglesia