Las acciones artísticas son un proceso de vida imprescindible para el bienestar personal y social. Movilizan los procesos de creación trazando itinerarios improvisados hacia el descubrimiento, el conocimiento y la apertura. Establecen espacios que acogen la confluencia de formas de ser y estar en el mundo. Conforman una fusión de placeres desde la más temprana edad, más allá de la apropiación de valores estéticos estereotipados. A pesar de los grandes beneficios que el arte puede aportar al ámbito educativo, su presencia en los currículos de todos los niveles docentes: Infantil, Primaria, Secundaria es deficitaria. Además, en los planes de estudios universitarios como los Grados de Maestro de Infantil y de Primaria, Educación Social, Pedagogía, etc., donde futuros profesionales pueden llegar a aplicarlo de forma interdisciplinar, también se encuentra marginada. La subestimación de la educación artística queda totalmente injustificada ante una sociedad que de forma progresiva demanda, cada vez más, aptitudes creativas. Este hecho otorga una atención especial al arte como medio de enseñanza, no solamente como