Berlín es una ciudad excéntrica, cruce de caminos, plural, moderna y contestataria. No es una capital fácil. Hay que visitarla muchas veces, vivirla mucho, hasta entenderla. La escritora Marta del Riego y el ilustrador Jorge Arranz, que la han disfrutado y recorrido sin descanso, aseguran que a Berlín se la ha querido poco. Es posible que la capital de Alemania no tenga el aura romántica de París, la sólida tradición de Londres o el poderío de Nueva York. Es una ciudad de belleza áspera, misteriosa. Pero fascinante. La modernidad, lo crean o no, se inventó aquí. Hay algo, además, que la hace única: En esta ciudad nadie es forastero.