"Nos hacen falta -dijo nuestra Asamblea- grandes Casas del Pueblo, alegres, cómodas, donde no solo existan nuestras dependencias, sino también organismos de entretenimiento y distracciones cultas, que, a la vez, que alegran nuestro vivir, nos apaten del tugurio indecente en que hoy nos embrutecemos, aniquilamos nuestro organismo y contribuimos a hacer más grande y dolorosa nuestra desgracia". Manuel Llaneza, El Socialista, 6 de mayo de 1917. Durante el primer tercio del siglo XX hubo en Asturias una completa red de Casas del Pueblo que abarcaba casi toda su geografía, llegando a ser uno de los principales focos y referentes de la acción del socialismo a través de su propia existencia material y de las múltiples funciones sindicales, formativas y culturales que se llevaron a cabo entre sus paredes. Los dos autores, con una amplia experiencia en este campo que pone en relación la arquitectura con la historia y la sociología, se aproximan al estudio de las Casas del Pueblo de Asturias desde un punto de vista integrador y novedoso. A la recuperación rigurosa y sistemática de datos y referencias de todo tipo sobre muchas de ellas, añaden aspectos hasta ahora poco tratados, como el análisis de los estilos formales de los inmuebles, su iconología y el simbolismo decorativo y hasta litúrgico con el que se identificaban las sedes socialistas de entonces; no menos importante resulta su original aportación sobre la incautación y el incierto destino sufrido por este innegable patrimonio cultural tras la caída de la Asturias republicana en 1937 y que es una muestra muy significativa del empeño -infructuoso, por otra parte- de borrar el pasado en la mentalidad colectiva de un pueblo.