En Michoacán, como en el resto del continente americano, la conquista española trajo una catástrofe terrible que castigó con suma severidad a los nativos, víctimas de la guerra, las epidemias, el exceso de trabajo, los abusos, la represión y el trastorno todo de la vida. Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán, propuso organizar a los indios en ciudades y pueblos que mantuvieran con los españoles relaciones económicas y sociales justas y mutuamente benéficas. Este libro contiene la utopía de don Vasco -una utopía de convivencia- y sigue las vicisitudes del gobierno indio español de la "ciudad de Mechuacan" que fundó el obispo, primero en Tzintzuntzan y despúes en Pátzcuaro.