Mortimer Wheeler ofrece el caudal de su larga experiencia recogida tanto en su patria como en Oriente. En lo que se refiere al estilo, su rasgo predominante consiste en el profundo deseo de ser útil a las nuevas generaciones de investigadores de campo. Así, desde las primeras líneas se advierte no sólo el dominio del teórico que se halla habituado a este terreno, sino la expresión de quien conoce los recovecos, sin olvidar las trampas y los peligros de la materia.