Sadako Sasaki tenía tan sólo doce años cuando murió. Una terrible bomba atómica fue lanzada sobre su ciudad, Hiroshima, en Japón, cuando ella contaba dos años de edad. Diez años más tarde, enfermó de la leucemia como resultado de la radicación de aquella bomba. La autora ha querido destacar en Sadako su gran espíritu y valentía a la hora de afrontar el futuro que ella sabía que le esperaba.