Al descuidar el estudio del lenguaje para ir directamente a las cosas no se hace sino proyectar en el ser la sombra llevada del discurso, de sus elementos, de sus articulaciones. Sostenido por esta convicción, Guillermo de Ockham lleva a cabo, a comienzos del siglo XIV, un minucioso análisis crítico de las categorías lógicas y metafísicas legadas por Aristóteles, Porfi rio y Boecio: empresa de desrealización que no conduce a encerrarse en el lenguaje, sino muy al contrario a un estudio riguroso de los modos según los cuales los signos verbales y conceptuales se refieren a las cosas existentes, en su realidad singular. Las dos primeras partes del tercer y último tratado de la "Summa de lógica" corresponden a los "Analíticos" de Aristóteles. El estudio del silogismo en general es llevado a cabo de manera sistemática. Se trata de evaluar, ayudándose de numerosos ejemplos, la validez de las diferentes combinaciones según las figuras y modos tradicionales, pero también según las diversas clases de proposiciones. La teoría de la demostración es reformulada sobre la base de la metafísica del ente singular y contingente, de la teoría del conocimiento como contacto directo con la cosa conocida y de una concepción puramente lógica de la necesidad.