Pocos directores españoles han suscitado tanta atención como la que recibe Pedro Almodóvar por parte del público y la crítica internacionales. A día de hoy, se ha convertido en una referencia insoslayable en el panorama cinematográfico actual. Sin embargo, las opiniones y juicios vertidos sobre su obra no se apartan demasiado del tópico. Aunque es muy difícil combatir este tipo de visiones estereotipadas, el autor propone contemplar la obra cinematográfica de Pedro Almodóvar, de un barroquismo fascinante, desde un nuevo punto de vista. Como es de esperar, el casticismo y su reconversión a través de lo kitsch, tan propio de los tiempos de la movida, ocupan un lugar destacado, pero también otros elementos, como su reinterpretación del melodrama (y, en especial, de la influencia de Douglas Sirk, por quien Almodóvar siente una enorme admiración) o el gusto por el bolero, el tango u otros géneros de canción de una gran sentimentalidad.