Si eres camaleón y daltónico, tienes un problema. Eso le sucede a Marlon, confunde los colores y, al camuflarse, lo hace con estampados tan chillones que los bichos huyen despavoridos en cuanto lo ven, y así no consigue cazar ni una hormiga coja. Los camaleones de Villa Camilion nunca jamás se preocupan por nada, se adaptan a cualquier cosa que les pase con la misma facilidad que su piel se adapta a los colores del paisaje, no tienen ni idea de lo que es un problema. Pero Marlon sí, él cree que tiene uno ¡y bien gordo! Zsa Zsa, una temible serpiente a la que le encanta zamparse un camaleón cada semana, podría verlo. Marlon vive muerto de miedo. No duerme, no come y, al menor descuido, ¡se lo van a comer a él! El camaleón daltónico acabará descubriendo que el único modo de acabar con un problema es buscarle solución.