Aquella noche Sofía no lograba dormir, se lo impedía la luz de la luna que entraba por el dormitorio. A pesar de estar prohibido levantarse de la cama, se puso en pie y se acercó a la ventana. Entonces vio horrorizada que algo muy alto y muy negro y muy delgado se aproximaba por la calle. Era el Gran Gigante Bonachó, que la envolvió en una sábana y se la llevó al país de los gigantes.