Con la fragmentación territorial del Imperio Romano, a partir de la Tardoantigüedad el hábito epigráfico experimentó una trasformación evidente y, lejos de desaparecer, se prolongó sin solución de continuidad hasta el Renacimiento. Al menos tres fueron los procedimientos que aseguraron esta continuidad: la producción de nuevos epígrafes a imitación de los antiguos; el uso y la reutilización de epígrafes antiguos en contextos secundarios; y la producción de epígrafes falsos. Las aportaciones de este volumen que recoge las ponencias del Coloquio Internacional que tuvo lugar en Madrid en noviembre de 2010 tratan diversos aspectos referidos a los dos últimos procesos e inciden en el estudio de la falsificación. Así pues, junto a los ejemplos que se ofrecen sobre reutilización de inscripciones y amortización de soportes antiguos, el lector podrá adentrarse en las razones que permiten detectar la falsedad de una inscripción; los motivos que inducen a los falsarios a elaborar e incluso grabar sus textos; y la forma y el valor que la crítica ha otorgado al estudio de estos textos y objetos. La vida de los tituli antiguos (paleohispánicos, griegos y romanos) se prolongó mucho más allá de su primer uso, con lo que se constituyó un importante legado de imitationes y apocrypha que ha tenido gran incidencia en la construcción del pasado peninsular hispánico, hasta llegar incluso a las puertas del siglo XXI, como podrá comprobar con sorpresa el lector.