Un grupo de chicas y chicos, de distintos ambientes y estilos, se reúne sistemáticamente una vez al año, la noche de San Juan, para contarse historias de miedo. Un dado marca el turno de cada uno en este ritual. Son seis jóvenes, las seis caras del dado. Y sus historias terroríficas les hacen disfrutar, aunque es peligroso jugar con el lado oscuro