En medio de una situación de extremo dolor el protagonista percible que, junto a su crisis de salud, sucumbe también su ánimo. Pero algo extraordinario ocurre que cambia radicalmente las cosas. La salida llega, y lo hace de un modo tan peculiar que el autor comenta: "Te advierto que tendrás que hacer un esfuerzo para creer lo que aconstinuacuón voy a contarte, pero créerme, vale la pena que admitas la veracidad de mi relato..." Tras una experiencia tan extraordinaria el autor sentencia: "Quien diga que la noche carece de luz debe estar ciego, o tener sus ojos cerrados, o tal vez no conozca la noche. He visto cielos nocturnos tan hermosos que quedé extasiado de su belleza, y tan luminosos que mis pupilas respondieron con lágrimas ante tal inundación de luz. Tales cielos siempre corresponden a los lugares más oscuros, porque cuando se apagan todas las luces a nuestro alrededor es cuando se encienden las lamparas celestes."