La lesión medular se define como un proceso patológico de etiología variable que resulta de la alteración temporal o permanente de la función motora, sensitiva y/o autonómica. Los síntomas dependen de la gravedad de la lesión y su localización en la médula espinal. La lesión medular presenta numerosas complicaciones como la aparición de espasticidad, dolor neuropático, intestino neurógeno o vejiga neurógena, entre otras, que conllevan una disminución importante de la calidad de vida del lesionado medular. Así, el tratamiento tanto rehabilitador como farmacológico de estas complicaciones es imprescindible, requiriéndose un enfoque multidisciplinar. La atención farmacéutica al paciente lesionado medular debe perseguir mejorar la calidad de vida del paciente, promoviendo el uso de tratamientos seguros y eficaces.