Todo comenzó con la enfermedad de su abuelo, con su obsesión por encontrar un perdido número seis. Aquel número traspasó las barreras de su mundo para instalarse en la vida de Vicente. ¿Se trataba solo de un número, o quizá una clave, un nombre…? El seis llevaba años agazapado, esperando el momento oportuno para vengarse y Vicente no estaba dispuesto a seguir escuchando solo el silencio.