CAÍN HERMANO nos golpea las conciencias por medio de una reflexión lúcida, cruda y auténtica respecto al mundo de la televisión, el espectáculo y sus terribles consecuencias. Rafael Ortigosa nos plantea una situación alucinante: un psicópata encerrado en la casa junto con otros nueve concursantes; el premio será más que su propia vida. El desfile de personajes patéticos, desde los directivos, cuyos objetivos están por encima de cualquier otra consideración, hasta los concursantes, que aterrizan en la peor de las pesadillas, nos conmueve al hacernos sentir que, efectivamente, todos deseamos con ansia vivir la vida en directo.