¿Cuándo comenzó el hombre a proceder con una lectura razonada y profunda de la información cuantificada? ¿En que instante histórico, una colección de datos dejó de ser una simple información numérica, para convertirse en un pozo casi inagotable de conclusiones y reflexiones sobre el colectivo que origina dichos datos? Es claro que dicho momento no fue único, que fueron distintos investigadores los que aportaron sus experiencias y conocimientos para que el cambio se produjese. Es claro también, que entre ellos el que más destaca es un comerciante inglés, John Graunt, quien en 1665 publicó su obra de análisis y reflexión sobre la población de Londres a partir de las cuentas de mortalidad divulgadas semanalmente por las parroquias de esta ciudad con el objeto de prevenir los brotes de peste. Con un mínimo conocimiento matemático (la aritmética de un comerciante) y una alta dosis de sentido común, Graunt nos sorprende con unos cálculos y reflexiones que parecen extraídos de un informe estadístico de nuestros días. En este texto se presenta una traducción al castellano del libro de Graunt, conservando la presentación con la que fue publicado, y se analiza con detalle y lenguaje actual el contenido del mismo.