De las palabras políticas existentes, no cabe duda de que democracia es una de las que más cruelmente se ha abusado. Se la ha utilizado para justificar revolución, contrarrevolución, terror, compromiso y mediocridad. La democracia ha sido tratada como la prostituta de las palabras políticas. Es difícil repensar la democracia o incluso pensar cuál de sus múltiples significados y usos reconsiderar. ¿Es posible rehabilitar una palabra tan corrompida? Este libro adopta la postura de que dicha rehabilitación es tanto posible como necesaria.