Desde que está embarazada la profesora Sulte-Stratmann se comporta de forma muy extraña. Fede anda muy preocupado; por ello el día que ve aparcada su bicicleta delante de un gimnasio no duda en entrar a ver qué está haciendo. A pesar de sus reticencias a practicar deporte, se apunta a unas clases de fitness que lo dejan para el arrastre, pero que le permiten vigilar más de cerca a su profesora. Allí descubrirá que el señor Ritter, un nuevo miembro de la asociación de pequeños huertos, y su profesora de Biología tienen una relación muy sospechosa.