La importancia que la música religiosa ha tenido históricamente en Cataluña ha sido enorme. Una de las épocas en que tuvo más auge fue durante la primera mitad del siglo XX. Prueba de ello es el Congreso de Música Sagrada que tuvo lugar en Barcelona durante los días 21 a 24 de noviembre de 1912 y en el que se reunieron los compositores, teóricos e intérpretes más importantes del momento. La proclamación del Motu Propio por el Papa Pío X el 22 de noviembre de 1903 influyó poderosamente en las orientaciones que determinarían la consolidación de una nueva música sacra al servicio de la religiosidad, sin menospreciar por ello la originalidad y la profundidad artística. Fueron muchos los autores, intérpretes y editores que se implicaron en esta reforma, aunque, desgraciadamente y debido a diversas circunstancias, han quedado olvidados hoy en día. Pero también posteriormente, de hecho hasta nuestros días, nuevas generaciones de compositores escribieron obras inspiradas en la religiosidad o el misticismo. Precisamente estos y otros aspectos interesantes en torno a la música religiosa catalana del siglo XX son los que trata este libro.