Es ésta la obra cumbre de George Santayana. El sistema aquí expuesto no es, según su autor, sino reflexión ordinaria bien encauzada, disciplina del corazón, verdadera religión laica. Al extender el escepticismo hasta sus límites razonables, llega Santayana a la existencia del reino de la materia como fundamento irrecusable de la especulación filosófica.