Chandy McDaniel tenía diecisiete años y estaba embarazada cuando todo su mundo se vino abajo. Quince años más tarde, no estaba dispuesta a permitir que Justin McCall volviera a su vida, especialmente después de que se mudara con su familia lejos de su ciudad natal de Iowa y nunca le mandara ni siquiera una postal. Solo había un pequeño problema: todavía lo amaba. Y ese no era el único secreto que guardaba. Dejar a Chandy era lo más difícil que Justin había tenido que hacer. Al volver a verla, convertida en una atractiva doctora con un don especial para los niños, se dio cuenta de que aún sentía algo por ella.