En manos del francésEtienne Gavard era un lince rescatando empresas con problemas, pero no sabía qué hacer con su última adquisición. Con cientos de puestos de trabajo en juego, pidió ayuda a Meg Leighton, una antigua empleada de la empresa. Meg llevaba toda la vida sintiéndose invisible y nada reconocida, por lo que le sorprendió que su nuevo jefe, tremendamente atractivo, necesitara sus conocimientos. Accedió y, a cambio, él le prometió darle seguridad en sí misma y algo de elegancia francesa al vestirse. Era un trato que les obligaría a pasar mucho tiempo juntos
La novia del soldadoTras recuperarse de las heridas sufridas durante la guerra, Dillon Farraday se quedó anonadado al averiguar que era padre. Sabía perfectamente cómo moverse en el campo de batalla
¡pero no sabía cómo criar a un bebé! Colleen Applegate, reina del rodeo, era la única que podía enseñarle las tareas básicas porque, cuando el hijo de Dillon quedó a su cuidado, se convirtió en su madre temporal. Dillon solo contaba con tres semanas para convertirse en un auténtico papá