La búsqueda de mecanismos más eficaces de cooperación y de integración normativa es necesaria para la lucha eficaz contra la delincuencia en el actual mundo globalizado. Tanto es así que la proliferación de convenios, decisiones marco y ahora también directivas forma parte del día a día de organizaciones internacionales y supranacionales tales como la UE. Esta proliferación de normas repercute en la práctica legislativa nacional y exige, por tanto, una reflexión sobre la legitimidad de las instituciones internacionales y supranacionales y de las decisiones que de ellas emanan. A ello se dedica principalmente este libro con tres partes bien diferenciadas. En una primera parte, se examinan los modelos de integración y sus respectivas ventajas e inconvenientes para después estudiar los costos políticos y jurídicos, así como la metodología de la armonización. Con la finalidad de aprender de las prácticas realizadas en otros países e identificar las diferencias y semejanzas con el entorno europeo, la exposición se complementa con un análisis de Derecho comparado de la situación acontecida en otros Estados de corte federal. La segunda parte examina, por un lado, las distintas bases jurídicas de los Tratados constitutivos de las que se sirve el legislador europeo en la implantación y desarrollo de sus políticas criminales y, por otro lado, analiza la noción del bien jurídico como herramienta útil para el legislador europeo, en aras a su racionalidad y a un mejor cumplimiento de los principios de proporcionalidad y de subsidiariedad. La tercera y última parte afronta el estudio de la reserva de ley tradicional, su fundamento y sus déficits. En definitiva, analiza los problemas de legitimación de una intervención penal más allá del Estado-nación a través de la UE y propone las bases teóricas de un nuevo modelo de legalidad penal que finalmente se aplica a UE.