«De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad». Desde estas palabras, que reflejan la motivación profunda de un hacer en el acompañamiento en derechos a las personas y familias, motivamos y sustentamos el derecho a una vivienda digna y adecuada de toda persona. Son los últimos y no atendidos la realidad cotidiana de miles de personas y familias en exclusión. Y «con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son explotados sino desechos, sobrantes». El presente documento quiere ser un paso más en el camino, un recipiente lleno de reflexiones y propuestas de acompañamiento en el derecho a vivir en un hogar para los más pobres y excluidos: que tienen, como nos dice el papa Francisco, «un sitio preferencial en el corazón de Dios». El primer capítulo constata la existencia en nuestro país de un modelo residencial no inclusivo, donde la persona no es centro, poniendo en común el análisis de la situación estructural de no acceso a vivienda. El segundo propone un nuevo modelo residencial basado en la vivienda digna y adecuada como derecho humano. El tercero revisa el deber de garantía de este derecho por parte de las administraciones públicas, proponiéndoles trabajar por una política pública de vivienda inclusiva, donde la persona es el centro. El capítulo cuarto enmarca la acción de las entidades sociales como actores en el diseño y ejecución de acciones de vivienda y el último contiene la parte fundamental del documento, Cáritas y el derecho a la vivienda, su análisis, su reflexión y su acción.